martes, 6 de octubre de 2015

Esa persona...



Esa persona…


Esa persona ya no es la que un día conocí, esa persona que me amaba, aquel que hacía cualquier cosa por mí cuando me veía sufrir.
Esa persona que al discutir hacia lo imposible por quedarse a mi lado.
Esa persona que sentía su mundo acabar si yo no estaba en su vida, que su corazón dejaría de latir si me marchaba.
Esa persona que me miraba con amor, emoción y entusiasmo.

La persona que está hoy junto a mí no se le parece en nada, salvo en su rostro y su cuerpo.
Esta persona es fría y egoísta cuando se enfada, su expresión es despreocupada y tranquila, no le preocupa en absoluto el no tenerme en su vida.
En una ocasión no tuvo pudor y me largó sin temor.

Aún recuerdo esa expresión en su rostro cuando le rogué que volviera junto a mí.
A veces pienso que hubiese pasado si yo no hubiera corrido hacia él…
En ocasiones pienso que tan sólo está junto a mí por pena.

Y entonces me pregunto…
¿quién es esta persona que duerme a mi lado? ¿esta persona que cuando me explico apenas me cree? ¿Esta persona que ya no me trae paz si no inseguridades?
¿Quién esta persona que está disfrazada de aquel que una vez amé?
¿Quién es esta persona que me aparta de su lado sin remordimientos, como si realmente no le importara el estar junto a mí?

Y entonces me doy cuenta de que no conozco a esta persona, me siento como un libro abierto, mientras que él tan sólo es un libro cerrado que muestra sólo algunos pasajes de su vida.